Semana de ola de calor para el Sonar 2022. La tarde del jueves empieza con el ocaso sobre los clubbers impacientes que esperan en la cola de plaza de España para acreditarse. En la cola la gente ya se termina las primeras cervezas. Al entrar uno se tiene que hacer con el lugar. Es cierto que es el sitio donde los universitarios de la Ciudad Condal celebran el Oktoberfest, sin embargo, esto es más que la explanada de la fiesta bávara, esto tiene otro tanto de salas interiores. Encuentras los baños, la zona de carga de la pulsera (para bebidas, perritos calientes y merchandising), el punto de info y el localillo-esquina en la que se han colocado los de radio3.
La primera Dj que se sitúa en la cabina pequeña del festi nos deleita con ritmos dance-comerciales y algo de raíces indias, es la inglesa Manara.
Pero ahora la gran actuación de la tarde: Paranoid London. Me encuentro en el escenario interior más grande. He entrado por curiosidad, quiero ver qué hay en el interior del recinto. Y es que, pasando un primer espacio interior que hace que se oscurezca un poco el ambiente, llegas a una segunda estancia interior todavía más oscura, que te hace sentir de noche. Las luces funcionan aquí y el público está entregado. Según mis apuntes tomados en el día: “enorme concierto, ritmos que recuerdan a los primeros Chemical Brothers o a los Orbital. El grupo son dos Djs y un/a cantante que se parece a un/a Africa Bambata flaco y rubia, el/la cual escupe palabras que los controladores de las mesas de mezclas dub-izan. El concierto mantiene el ritmo en todo momento”.
El otro crack de la tarde es el super-esperado Chico Blanco. El granadino dispara canciones como What a fuck is in my cup, Positive siempre, y Fantasia. Para el que no lo conozca se trata de una mezcla de house, eurodance y urbano, y todo ello en castellano. Le acompañaba su compi 8KITOO. El público del escenario mediano de la tarde, SonarPark, canta las canciones junto a los artistas.
La noche acaba con el groove de la Dj canadiense Jayda G, que pincha funk, disco y house. Llegamos al final del día, y pese a ser el primero, la cola sofocante a primera hora de la tarde y el ir y venir del el recinto de Sonar tarde dejan en el clubber la batería sobre mínimos.
Viernes noche. Destaca el DJ inglés Conducta. Nos estimula con ritmos UK bass y UK garaje. Es un estilo muy disfrutón para el baile. El escenario pequeño de la Fira de l´Hospitalet se hace acogedor en una sesión así. Y es que, “el que no estuvo se lo perdió”. Otros participantes de la noche que no comentaré son The Blaze, Moderat y Richie Hawtin.
Sábado. La tarde comienza tranquila. Uno ya lleva dos días y prefiere sentarse en el césped artificial bajo la parte cubierta de la terraza central del Village del Sonar. Pero, prepárense porque es una tarde productiva.
Vemos a Morad, rapero de l´Hospitalet, que con sus versos sobre la calle, la fidelidad y los Motorola nos hace pasar un rato agradable. No sé por qué, pero siempre me ha recordado a un Kendrick Lamar magrebí. Los siguientes destacados son los madrileños Mori y Rusowsky (son dos artistas diferentes). De normal artistas que hacen un urban lo-fi con algo de electrónica, prepararon para el Sonar un concierto más maquinero, en el que también contaron con un grupo de amigos. Las pocas canciones que pude ver me engancharon.
Para acabar la tarde un lujo de sesión a cargo del inglés Vegyn. Este Dj, que portaba una camiseta con la frase de “la vie est simple”, hizo eso mismo, una simple y agradable mezcla de house acogedor, con algún clásico que otro incluido. Del artista se apreciaba una perfecta utilización de los ecualizadores. La sesión se bailó e incluso se saltó.
El Sonar de noche contó con The Chemical Brothers. Estos clásicos de los 90s desplegaron energía, luces y efectos visuales a go-go. Resultaba tan vistoso que el espectador tenía la sensación de estar en el cine. Enorme calor entre un público en el que no entraba ni un alfiler.
De esta edición del Sonar me voy con las ganas de haber visto la electrónica envolvente de Overmono y el house de Folamour.