Vuelvo de Atenas a mi ciudad, Donostia. Toca semana de Dantz Festival. Siete días repletos de eventos relacionados con la música electrónica en una ciudad en la que este tipo de eventos escasean. Incluyen: charlas, clases magistrales de disc jockey, exposiciones de fotos y el propio cartel de actuaciones del festi. En la parte musical, nos encontramos con un cartel de impacto: Jeff Mills, DJ Python y John Talabot, entre otros. Voy a ver a los dos últimos. Jeff Mills es Jeff Mills. Diríamos que es el padre del techno. Sin embargo, pienso – y ojalá me equivoque -, que las leyendas han de ser vistas en el momento de su mayor apogeo.
Lunes, día en el que se inaugura el festival.
El primer evento del Dantz Festival es una charla participativa llamada Sound Minds que gira en torno a una investigación sobre este estilo de música. Esta charla va a cargo del psicólogo social Xavi Mínguez de la UPV-EHU. El encuentro tiene un formato de sillas dispuestas en círculos desde las cuales los participantes debatimos en torno a esta temática. Esos círculos acaban formando uno enorme al final de la charla con el fin de poner en común todo lo que se ha hablado. Se mencionan temas como: la desaparición de la mayoría de los clubs a lo ancho de la provincia o la todavía estigmatización del ambiente dance. Una razón para explicar lo primero podría ser que, y cito textualmente: “los jóvenes son un tercio menos de lo que éramos nosotros”, comenta un adulto.
Le sigue la fiesta de inauguración del Dantz Festival en el bar del Centro de Cultura Contemporánea Tabakalera. Evento gratuito, previa inscripción en la web, en el que se nos agracia con el pintxo original: la gilda. Actúan para unas 70 personas Acelga y los DJs de los colectivos Alternative Division y THG. El primero suena como un Homework endemoniado y la sesión la va creando en directo con un teclado de sonidos. Los segundos, en Vinyl Base, pinchan un house al estilo del colectivo donostiarra I.D., y van subiendo el ritmo a medida que avanza la jornada.
Día dos
Charla sobre la historia de la escena de música electrónica en Euskadi y Navarra en planta de Kutxa Kultur de Tabakalera. Están de ponentes un promotor de discoteca, un disc jockey y un organizador de eventos del mundo de la música experimental. La sesión viene a corroborar aquello que se dijo el día anterior: hay una historia de clubes de periferia. Estos tal vez no son todo lo underground que nos gustaría – y meterse en eso sería inútil -, pero es innegable que tuvieron su historia. La ingente recopilación de carteles, folletos, discos y camisetas de la época que se exponen en la exposición contigua durante toda la semana sirve de confirmación. Así, un asistente millennial o de la generación Z puede darse cuenta de que aquello que mitificó de otros lugares de Europa puede encontrarlo también en casa. Es fácil decirlo desde la comodidad del ahora, pero aquella generación se las arregló para organizar todo ello con los recursos que tenía (de comunicación, promoción y logística), además de contar con un sistema de tribus urbanas más marcado que el actual. El encuentro toma forma de “batallitas” de otra época; a pesar de ello, se percibe que las personas del público y del estrado son dueñas de igual manera de aquellas anécdotas que se están contando, y eso le da un toque de autenticidad.
Por la tarde hay una exposición de arte de un artista local en la tienda de ropa Loreak Mendian, amenizada por la sesión del legendario donostiarra Javi Pez. El establecimiento se encuentra abarrotado de gente en interiores y exteriores, hasta los cuales se cuela la música. Estas melodías procedentes de los discos de vinilo que el experimentado selector saca de su bolsa están en ondas rap al estilo de Jungle Brothers y Queen Latifah. La tarde ha tenido, a estas alturas, una mezcla de nostalgia clubber, arte y temporada otoño-invierno.
Tercer y caluroso día
La charla número tres está programada para ser en el bar Bukowski, pero por la elevada temperatura se traslada a la cercana tienda de instrumentos Drunkat. En forma de continuación de lo del día anterior, se cubre el presente y futuro de nuestra escena. Se encuentran en el centro de la estrecha sala subterránea representantes de los colectivos Lotura, Synthetica y Steam Radio. Son participantes de una nueva hornada de artistas que emergen dando nombre a un nuevo renacer. Hablan de sus dificultades a la hora de armar un colectivo, montar una fiesta o financiarse. Parece que todos ellos comparten vivencias unos con otros. Además, a medida que transcurre la conversación, se nota una confianza entre ellos, también con el moderador, también DJ, pero de otra generación. El público, en el cual me incluyo, comparte esa misma edad y, con ello, códigos, referencias y canales. En el fondo, no se trata de algo muy diferente a lo visto veinticuatro horas antes.
Sábado tarde
El evento tendría que celebrarse en el anfiteatro que se encuentra en el barrio limítrofe de Miramon, pero, debido a imprevistos meteorológicos, se traslada a la plaza de toros de Illumbe, el mismo sitio en el que se celebran las sesiones nocturnas del Dantz Festival. Llego al lugar entrando por uno de los accesos principales que me deja en el coso de la plaza. Nada más llegar, me encuentro con un escenario que ocupa parte de ella. Más arriba, en el graderío, lonas blancas que bajan desde el techo. Me ambiento en el lugar y empiezo a pensar cómo encauzaré las entrevistas que quiero hacer.
Una chica llamada Lorea me dice que viene por los artistas y que le mueven las ganas de bailar. Ha venido porque tocan John Talabot y DJ Python. Un grupo de chicxs a lxs que me acerco me responden unas cosas muy curiosas a la pregunta de qué os hace sentir esta música. Una de ellas comenta: “es como lo que hace bombear mi corazón”. Otro lo define como un orgasmo. Sus nombres son Lola, Asier y Yesse. Al siguiente entrevistado le pillo con el discurso preparado. Me dice que viene porque el Dantz Festival le parece una de las mejores apuestas de electrónica en la costa Cantábrica. Este chico, Unai, que ya ha venido otros años, me comenta que aquí puedes encontrar una música diferente para cada momento. El pensamiento generalizado es el de venir a ver a Jeff Mills que toca por la noche.
Al llegar al recinto está pinchando Baiuca en formato DJ set y sin instrumentos de folclore galego. Los beats que pone tienen un aire tribal. Sus últimos temas, que son suyos, dan una idea de cómo deben sonar en grupo. El próximo en salir es el americano DJ Python, déjà vu en la cabina pequeña del Sónar tarde 2022, en el que se le vio en plena sesión portando una ligera mochila. Hoy la cosa sigue en ritmos tribales. A medida que avanza la sesión va cambiando a ritmos más acelerados (tal vez excesivos), y, en ocasiones, rotos. A estas alturas de la jornada, la gente empieza a animarse y la pista se llena. El siguiente en entrar es el neerlandés Interestellar Funk: una grata sorpresa. Nos emociona con un house que, al poco de empezar, sorprende con un guiño más que evidente a Finally de Kings of Tomorrow (escucha obligada). Además, mete breaks y electro.
Párrafo aparte para John Talabot. El de la escola Talabot es un genio. Podría decirse que su música se encuentra en estado sólido. No se ha podido dejar de bailar en toda su actuación. Vendiendo hedonismo y algunas bienvenidas canciones con voces. ¡Tremendo cierre de la tarde!
Se va una semana de electrónica en Donostia. Esta ha sido bastante completa porque en Dantz festival, no solo se ha escuchado electrónica, sino que se han visto actuaciones y exposiciones de fotos y se ha hablado de ella en las charlas. Puedo concluir que hay una serie de iniciativas en el territorio que están haciendo cosas interesantes y que festivales de este tipo favorecen a que éstas se conozcan. Esperemos que, también durante el año, se den encuentros tan placenteros.
- En esta entrega ha participado Patricia Belmonte.
- Gracias a Dan-tz por las fotos.
