Tienda de discos Revolt

Nos encontramos en el ecuador de junio y me acuerdo de lxs del Sónar en esta edición tan especial en la que el festival cumple sus tres décadas. Cuentan con nombres como el gigante Aphex Twin, Peggy Gou, back to back (B2B) Chico Blanco y 8Kitoo. Parece ser que Logic1000 no viene al final.

Pero hoy os traigo un descubrimiento que puede estar a la altura de este festival de nacimiento postolímpico. Se trata del mayor descubrimiento de música electrónica que he hecho hasta la fecha. Os hablo del colectivo Revolt.

El concepto que practica esta gente es el siguiente: son, a la vez, un colectivo de DJ, un sello discográfico, una tienda de discos y un evento. Tengo que confesar que conocer a esta gente me ha supuesto dar un gran salto para situarme en el mapa clubbing de Atenas.

Revolt surge en 2013 como una serie de eventos que reúne en ubicaciones poco convencionales a los artistas internacionales más aclamados del momento y a artistas locales, mezclando experiencias audiovisuales y música electrónica. Con una filosofía de trabajo duro y optimismo, se han creado relaciones estrechas entre Revolt y los artistas que acuden a estos eventos que serían impensables con otro modo de trabajo.

Su nombre parece que fue elegido para explicar los tiempos de irritación en los que vivimos: protestas por la desgracia del naufragio en el mar Jónico que ha causado centenares de muertos, y disturbios en Francia por la muerte de un joven de origen magrebí a manos de la policía. Igual de consciente es su propuesta musical, queriendo ser alternativa para claramente diferenciarse de la electrónica de masas que suena en todos los sitios, con un sonido a caballo entre el house y el techno.

Clubbing en Atenas 3
Foto: Lierni Armentia.

En 2020, deciden abrir la tienda de discos que, aparte de vender vinilos, también acoge eventos en vivo y exposiciones. Esto es un paso importante para el desarrollo del colectivo, ya que pasan a tener un lugar físico. Su actividad estuvo afectada por la pandemia y, a la vuelta, tuvieron que volver a empezar desde cero.

Me encuentro en este mismo lugar y me recibe su dirigente y DJ, Nausicaä. El local se encuentra en el corazón de la capital helena. Por describir la zona que lo rodea: distrito de ejecutivxs y coctelerías elegantes. Es una primera planta e identificarla desde la calle es una tarea harto difícil. Además, no es un sitio de comercio al uso, ya que no cuenta con un horario fijo y, para acercarse, hay que concretar una cita con ellxs.

Físicamente tampoco se parece a una tienda de discos: al entrar percibes que se asemeja a una oficina. No tendrá más de 20 m2. Se distribuye de manera que, nada más entrar, te topas con una mesa y silla con ordenador; cubetas de discos a derecha e izquierda y, junto a la ventana y única salida hacia la calle, un set up de DJ con dos platos y una mesa. Sobre este aparataje ha pinchado un habitual de la cabina de Tiboli zeharkalea de BaffleDJs Bilbao. En sus cubetas pueden encontrarse discos de primera y segunda mano de estilos como techno, house, ambient o breaks. La cantidad de discos no es abundante, pero es la suficiente como para que unx joven complete su colección.

Clubbing en Atenas 3
Foto: Lierni Armentia.

Nausicaä me dice que la mayoría de sus clientes son DJ. Siempre que he ido a la tienda me la he encontrado preparando pedidos que le han hecho a través de Discogs.com. Un reto en el que se encuentran inmersos es el desarrollo de su tienda online.

Por otro lado, Revolt cuenta con ocho releases que han sido publicados entre 2014 y 2023. En cuanto a estilo, se mueven en sonidos house con toques electro a veces incluso se acercan al techno. Algunos temas son más fiesteros y otros son más siniestros. A continuación, comentaré las referencias del sello que más me han gustado: la cuarta, la quinta y la sexta.

La cuarta publicación va a cargo de DJ GUS. El A1- refiriéndome al primer tema de la cara A llamado Personal Experience –, me envuelve y me anima a seguir escuchándolo. La canción se diferencia por ese timbre ocasional que da una sensación de cierta melancolía. El segundo track, Complexity, es tema peleón, de estos que piden mover el cuerpo.  Su cara B se abre con Midnight in Mars, que es ciertamente cósmico, no baja el ritmo y cuenta con una secuencia repetitiva pegadiza.  El B2, Rat Run, es de ritmo roto y tiene un aire hip-hopero al estilo de la Costa Este.

Clubbing en Atenas
Foto: Beñat Beristain.

Pasamos a la quinta referencia que es un various con Lee Burton, Adil Hiani y Sonohat. Abre The Last Time, un tanto ácido y que no escatima en recursos de house. El timbre cual mosca que se escucha es la que avecina el desastre que ocurrirá poco más tarde. El A2, Le Berger Sobre, tiene un toque árabe, ya que cuenta con un instrumento de cuerdas de esa cultura. Es, tal vez, el tema más tranquilo de la referencia. Al girar el disco encontramos un track electro en clave más alemana, pero también con cierto punch. Se llama Hello Madam.

La sexta referencia es en colaboración entre DJ GUS y Dimitris Anagnostou. Abre con Down The Line, un track banger por definición, probablemente el mejor tema que ha sacado el sello de Revolt. El A2, Interference, baja el ritmo y es un tanto siniestro. Cuenta con un ruido periódico que no llegamos a saber si es una voz o no. Cambio de cara en la que solo encontramos una canción, Internal Affairs. Es un tanto cósmico, no muy acelerado y sirve para acompañar una sesión de tarde.

Podéis escuchar todos sus temas en la cuenta de Revolt de Soundcloud: https://soundcloud.com/revoltathens

Clubbing en Atenas 3
Evento en la tienda Revolt. (Foto: Revolt!)

Concierto Kid Be Kid

Concierto Kid Be Kid
Concierto Kid Be Kid (Foto: Athens Jazz Festival).

No esperaba hacer una crítica del Festival de Jazz de Atenas, no es mi target, sin embargo, no me quedó otra que coger papel y boli. La excepción la marca Kid Be Kid, artista berlinesa de neo-varios que me envolvió desde el primer momento. Set-up: piano en medio del escenario,  la músico levantada al lado y banco de pianista a su espalda (lo nombro, pero en realidad no le hizo falta). Sobre la tapa del piano, pads y teclados electrónicos. El ritmo que marca la artista lo forman golpes electrónicos y beatbox. Por estar en un festival de jazz uno se podía estar preguntando “¿cuándo se acabará esta broma?”. Verdadera sensación de estar en el Sónar. Vamos a los “recuerdos”: su voz a FKA Twigs, por momentos a Portishead y en algún momento a Solange. También se ve clara la influencia de Kendrick Lamar por los cortes a piano acústico. Lo más importante: hubo ritmos 4×4, los cuales el cuerpo anticipó y se relajó al recibirlos.

El escenario de las nueve de la noche, horario de o te vas a comer un pita gyros o vienes de uno, contó, sorprendentemente, con un público numeroso. En cualquier caso, la sensación de sorpresa no fue solo mía: “Es muy talentosa, es una sensación de estar escuchando algo electrónico pero hecho acústico”, me contó Evina. Kate, que se encuentra a mi lado, me dice lo siguiente: “Esto no se parece al jazz que conozco, es como una versión moderna. No lo escucharía en casa, pero me ha sorprendido”. Al mirar a izquierda y derecha, la gente estaba en su sitio receptora de todo lo que viniera del escenario.

Pongo un paréntesis al momento en el que la interprete empezó a golpearse la garganta para hacer del canto una caja de ritmos. No me había sentido tan bien desde que vi a Paranoid London. ¡Tenéis que escucharla!

* En esta entrega ha participado Patricia Belmonte.